La represión es la respuesta que Estados occidentales, autoproclamados democráticos, están dando a la movilización ciudadana contra el genocidio en Palestina. En EEUU contra las universidades, con detenciones y sanciones a estudiantes y profesores, pero también en Francia, Alemania o Reino Unido. La acusación de antisemitismo a quien se oponga al genocidio en Palestina ya no convence a nadie. No cuando colectivos judíos en todo el mundo se desvinculan del sionismo y la ocupación. No después de más de 40.000 muertos y 80.000 heridos, de hospitales destruidos y fosas comunes en las que yace, precisamente, población semita asesinada por las fuerzas sionistas ocupantes. Porque la población palestina y árabe pertenecen a los pueblos semitas y la pregunta es qué más tiene que pasar para que se declare oficialmente como genocida y antisemita al sionismo. La represión es un síntoma de que ya no tienen nada que los justifique.
El genocidio continúa
Palma29/04/24 0:30
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