H istriónico, voluble y desequilibrado, el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, se enfrenta a la real politik: a la economía real. Y lo hace tras meses de mensajes distópicos, de promesas incumplibles; de manipular y jugar con las frustraciones de una población cansada de corrupciones, de pérdida de calidad de vida, de inflaciones de tres dígitos. Repetir las promesas de Milei nos adentra en el terreno de lo grotesco, concretado en una hoja de ruta precisa –a parte de otras lindezas que van más allá del mundo de la macroeconomía, como la posibilidad de vender los órganos humanos–: desmantelar el Estado, en sus vertientes más sociales (sanidad, educación); pero, además, descuartizar sus empresas públicas. Es el mal entendido discurso filosófico de Adam Smith, con una reivindicación de la fantasmagórica mano invisible que el gran economista escocés supo matizar con enorme solvencia, no solo en su libro caudal (La riqueza de las naciones), sino en su precedente imprescindible (La teoría de los sentimientos morales).
El espejo argentino
26/11/23 0:29
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2 comentarios
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A un amigo mio argentino le pregunte que tal ee Milei, y me respondio: un loco. Antes de las elecciones le volvi a preguntar: Milei o Massa y me respondio: entre el Pato Donald o Massa, el Pato Donald….
Bon dia al que saben i als que som com jo, que no sabem però ho intuïm. En el meu escadusser coneixement, crec que el senyor Milei es va llegir "Anarquía, estat i utopia" del professor de Harvard Robert Nozick, es va fer creient de l'estat de la naturalesa i assumí en les seves pròpies paraules que "“Les restriccions indirectes expressen la inviolabilitat dels altres en les formes que les restriccions especifiquen”. En conseqüència va tornar una fanàtic eixelebrat de l'estat mínim i de liberalisme anarquista. O això propaga als seus discursos. Coneixent l'Argentina no m'agrada gens que experimentin sobre un país que ha de mester més salvavides que teories del segle passat que es van escriure pensant en un altre món, que no en aquest actual. Tanmateix, això passa també als EUA i al nostre propi país, on l'evolució cap a l'anarquia, la vertadera anarquia, no és un horitzó llunyà.