Aina Crespí, en una imagen captada en su taller. | Aina Borràs

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En el proceso de estudiar Bellas Artes, descubrió que una de sus pasiones era trabajar con telas y pasar a tres dimensiones proyectos que inicialmente, nacen en dos. Ello y el hecho de empezar a coser con su abuela, que lo hacía muy bien y lo había hecho toda su vida, la llevaron a crear su propia marca de moda. Así es como Aina Crespí (Sóller, 1994) lanzó Peça, un proyecto de diseño consciente de ropa que, en sus propias palabras «desea participar de un cambio de paradigma necesario en el consumo». Además, diseña vestuarios para grupos de música y obras teatrales y trabaja como en un taller textil de Palma.

Empezó a coser con tu abuela. ¿Cómo eran esos momentos de aprendizaje con ella?
—Empecé a ir con ella por el gozo de pasar tiempo juntas. Además ella tenía unos conocimientos que yo necesitaba y quería aprender. En general, es muy perfeccionista, pero al coser, eso me gustaba porque creo que es importante que las piezas estén bien acabadas. Aprendí mucho con ella y a pesar de que ella utilizaba unos métodos de patronaje antiguos, me sirvieron de base para empezar.

¿Qué caracteriza su proyecto?
—Yo por lo general hasta que no he pensado mucho las cosas no las puedo hacer. Poco a poco desarrollé el concepto y la marca, por lo tanto diría que es un proyecto muy pensado. Detrás de él hay una parte muy reflexiva y aunque me suelen decir que Peça tiene un discurso muy claro, a mi me salió natural. Es mi manera de hacer. El proceso previo al lanzamiento también me viene por defecto profesional. Vengo de Bellas Artes en donde he aprendido a desarrollar proyectos artísticos con un marco teórico y un discurso a través de un proceso creativo.

¿Se puede decir que huye de dos conceptos inherentes a este mundo como son el fast fashion y el consumismo?
—Sí. En ese sentido no sigo modas y voy bastante a mi bola. La producción es artesanal y local, funciona por encargo, con trato personalizado y con un estoc limitado para no generar excedentes. Lo que más me gusta es adaptar a un cuerpo, una idea y ello me ha llevado a crear prendas a medida. Para mí, es importante decidir funcionar de otra manera y poderte adaptar al cliente en lugar de producir en masa. Eso, sin tener en cuenta que también se trata de ser coherente con uno mismo y con los valores propios, y eso es lo que intento con Peça.

¿Tienen género tus prendas?
—Es una respuesta difícil. Me gusta decir que no, aunque no es 100 % cierto. Las dos primeras colecciones sí que eran unisexo, aunque me he topado con que todo el mundo tiene su construcción de género y, aunque yo haya pensado que una prenda pueda ser para ambos, después veo claramente quién me compra qué. En realidad, decido hacer diseños prácticos, funcionales y que sean cómodos por encima de todo. De hecho, esa siempre ha sido mi máxima premisa al vestir. Probablemente en verano sacaremos faldas y aunque pueden comprarlas quien quiera, creo que me lo comprarán más las mujeres.

¿Cree que la forma de vestir funciona como forma de expresión personal?
—Sí, va muy ligado a la identidad. Yo creo que es un medio más de expresión y todos construimos nuestra identidad cada día también decidiendo cómo vestirnos.

Al ser una marca artesanal, ¿ha conseguido un equilibrio en precio y producto?
—No. Hay gente que conoce el trabajo que hay detrás y me dice que tengo que subir los precios, pero a mí me da mucho respeto porque cuando creé el proyecto no creía que mucha gente fuera a comprar. En base a esta inseguridad decidí poner un precio muy ajustado. Aún así, ahora me he dado cuenta de que muchos de los clientes compran no solo por la estética sino por el proceso de creación que tenemos y este conlleva unos precios finales bastante elevados.

El tema de crear vestuarios de grupos de música y teatros. ¿Cómo surgió?
—Lo hago desde antes de Peça. Tengo gente conocida que se dedica a la cultura y trabajar juntos salió de manera natural. Ello me trajo otras oportunidades en ese mundo. Además, creo que los proyectos musicales, por ejemplo como el teatro, la danza y la música, se han reinventado. Se ha democratizado y ahora mucha gente saca singles o videoclips, por ello, los grupos de música trabajan muchos sus proyectos, tanto el directo como el resto. Y una parte del directo es el vestuario.

Todos estos proyectos, ¿Los hace sola?
—Sí. Totalmente. Muchas veces estoy agobiada, pero también agradezco enormemente tener la oportunidad de hacerlo.