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El legendario buque escuela de vela francés Belem ha llegado este viernes a Palma en el transcurso de uno de sus célebres viajes de enseñanza náutica. Construido en el siglo XIX, inició sus singladuras en 1896 y es el más antiguo de su clase, aparejado con tres mástiles, en servicio.

Proyectado como velero mercante en los históricos astilleros Dubigeon de Nantes (Francia), su actual puerto base, cubrió la navegación costera entre Uruguay y Brasil transportando cacao, hasta su venta al duque de Westminster en 1913, quien lo transformó en yate de lujo. Para ello convirtió las antiguas bodegas en camarotes y recortó el aparejo. Adquirido más tarde en la década de 1920 por Sir Arthur E. Guinness, lo adaptó con el nombre de Fantome II para sus grandes viajes privados alrededor del mundo, hasta su fallecimiento en 1949.

Por aquel entonces, se estableció en Venecia la Fundación Giorgio Cini y creo en la isla de San Giorgio una academia de arte, historia y náutica. Aquel programa quedó completado con la adquisición del navío, que mantuvo su cometido hasta 1976, cuando fue adquirido con un crédito bancario por una fundación que promovió su restauración integral, con el propósito de devolverle el aspecto original. La reconstrucción se llevó a cabo en París, donde a la vista del público recuperó el nombre y la apariencia de su primera época.

En 1984 fue declarado Monumento Histórico y desde entonces ha participado en multitud de eventos internacionales, siendo el centro de una exposición del Musee de la Marine. También asistió al centenario de la Estatua de la Libertad, en 1986. Y participó en el aniversario de la erupción del Monte Pelee, que evitó 'in situ' en 1902. Estuvo en el cuarto centenario de la ciudad de Quebec, los Juegos Olímpicos de Londres y el Jubileo de Diamantes de la Reina Isabel II en 2012, además de múltiples encuentros de grandes veleros internacionales.

Con 750 toneladas de desplazamiento, el Belem mide 58,8 metros de eslora por 8,8 de manga y su aparejo cuenta con 21 velas que suman 1.200 metros cuadrados, para una velocidad de nueve nudos. Su dotación se compone de 16 tripulantes y 48 alumnos. El navegar a bordo constituye la mejor experiencia para adquirir los conocimientos y vivencias, que han impregnado el mundo de la Marina durante siglos.